RECUERDOS
Una madre
decidió un hacer un paseo por su antiguo vecindario donde aún se encontraba la
vieja casa en la cual ella creció, llena de hermosos recuerdos y anécdotas que
quería contarles a sus dos pequeños hijos mellizos, un varón y una niña de apenas
unos años, así que los llevó consigo.
Al entrar
al barrio, ya eran más de las seis de la tarde, pero su memoria se llenaba de
recuerdos, de como ella caminaba por esas calles, y cómo pasaba el día con
sus dos muñecos, curiosamente, un varón y una niña, al parecer siempre había
sido su sueño tener hijos mellizos, esos dos muñecos representaban su
infancia, pasado el tiempo se lleno de orgullo pues sus hijos de fantasía eran una realidad.
Sin
embargo, no todos sus recuerdos eran hermosos, también había uno que la
aterraba, y no fue hasta que llegó a su antiguo hogar que se sintió perturbada, cuando todo regresó a su
mente. Al llegar, ella le pidió a sus hijos que la esperaran en el auto,
mientras entraba a la casa que se veía muy deteriorada y macabra, pues fue abandonada y descuidada por la
familia, al subir las escaleras para llegar hasta su habitación, con cada paso
que daba, podía ver sombras de ella misma corriendo y jugando con sus muñecos
por todas partes, era como ver imágenes transparentes que le contaban una
historia, se recordaba feliz, pero además también empezó a recordar una figura oscura
de pequeño tamaño, algo que parecía seguirla en su infancia, parecía ser otra
niña más o menos de su misma edad, alguien que a la larga no existía porque ella era
hija única.
Esta figura
misteriosa tenía la costumbre de esconder sus muñecos, era como si ella
también quería jugar, pero al ver que la madre siendo una niña muy recelosa de
sus cosas no le gustaba, comenzó a volverse violenta, a mover las cosas, a
golpearla, y hasta darle pesadillas, tanto así que un día estando ella sola en
casa jugando con sus muñecos, esta figura, la cual pudo determinar que era otra
niña como ella, la sacó del cuarto con una gran fuerza, haciéndola dejar sus
dos muñecos solos, para cuando logro entrar devuelta, los dos muñecos habían
desaparecido, nunca más los volvió a ver, ni a ellos ni a la sombra, así, creció y su familia se fue de aquel lugar, nunca más volvió hasta aquel momento, ya
siendo una mujer adulta y con familia propia.
El recordar
eso la puso un poco incómoda y algo nerviosa, no era normal haber vivido eso,
así que retrocedió para salir de su vieja habitación, y regresar a buscar a sus
dos hijos, al salir del cuarto, le pareció ver aquella vieja sombra, pero fue
como ver un relámpago, tan solo pasó frente a ella, y ya no era tan pequeña
como antes, esta vez podía ser de su mismo tamaño, esto le heló la sangre y se
apresuró a bajar, al llegar a la sala, ahí en el suelo estaban aquellos dos
muñecos que perdió en la infancia, misteriosamente se los habían dejado allí,
para que los pudiera recobrar, visiblemente estaban muy maltratados, estaban rotos,
desgarrados, como si en vez de manos hubieran sido navajas las que los cuidaron
todo este tiempo, incluso uno no tenía cabeza y al otro le faltaban los ojos.
La madre se
agachó para recogerlos, asombrada y aterrada por lo que veía, pero al
levantarlos había una nota escrita con una letra muy fea y extraña, como si
fuera una persona con problemas para comunicarse, o alguien que jamás escribió
antes, la madre pudo difícilmente leer la nota que decía:
Gracias por dejarme jugar con ellos!
La madre dejó caer los muñecos y la
nota de la impresión, y por fin reacciono para salir de aquel lugar, solo que
al levantar su cabeza, afuera, cerca de su auto donde estaban sus hijos, su
verdadera pareja de mellizos, estaba esta figura siniestra, que ya no era una
niña, ahora parecía ser también una adulta, era como si se manifestara
exactamente igual a la atormentada madre, que aunque corrió con todas sus
fuerzas para llegar hasta el auto junto a sus hijos y vio horrorizada, que al abrir la puerta, solo
encontró otra nota que le decía:
¿PUEDO
AHORA JUGAR CON ELLOS?
La madre
buscó por todas partes pero nunca encontró a sus hijos, así que solo le queda
sufrir por su pérdida y su error en regresar para revivir recuerdos, aprendió
que a veces es mejor dejar ciertas cosas en el olvido.
Aunque, lo
más seguro, es que alguna vez le devuelvan a sus hijos solo y cuando ya no se pueda
jugar con ellos, tal vez en el mismo estado en el que devolvieron sus viejos
muñecos.
https://www.youtube.com/watch?v=b-C0904_wtU
AUTOR: GUSTAVO ESPINOSA.