Una mañana en tres de mayo quise salir como si fuese un día normal;
por esas fechas mi abuela nos visitaba y me advirtió no salir sin paraguas pues
la doncella “Elizabeth” me atraparía con su llanto en medio de mi paseo rutinario
al parque, “usted está loca” le dije pues era un sol maravilloso el de ese día,
simplemente “tú sabrás si te mojas” me dijo, aseguraba que cada tres de mayo de
todos los años llovía con una fuerza extremadamente increíble desde que había tenido conciencia, ¿por qué?
pregunte, ella me contó ese mismo instante una historia que encendió mi
curiosidad me contó que hace muchos años ya conoció a una doncella llamada
Elizabeth una niña que apareció de la nada en un momento de soledad para ella
en el campo donde vivía, quien rápidamente se convirtió en su mejor amiga no le
pregunto de donde era mucho menos de donde era doncella simplemente se reunían
cada tarde más o menos unas dos horas antes del atardecer, reían, cantaban,
jugaban, se divertían como si hubieran sido amigas desde que nacieron; una
tarde sus padres no la dejaron ir al campo pues estaban preocupados porque cada
tarde se alejaba más de la casa ella, anteponiendo a la doncella antes que a
las advertencias de sus padres de no salir hizo caso omiso y se escabullo de su
casa, al llegar simplemente no la encontró y decidió caminar para ver si la
encontraba, después del atardecer ella se había cansado de caminar tanto cuando
de repente oyó una voz, era la voz de Elizabeth llamándola desde un barranco
llamándola a jugar, “habría bajado sin dudar” dijo ella pero justo antes de
empezar camino abajo mi padre me detuvo y me despertó de tal ocurrencia que iba
a hacer mi padre me llevó en sus hombros llorando y aunque él no escucho la voz de la dulce doncella yo pude hacerlo con claridad exclamó y me decía llorando
prometiste estar conmigo para siempre cuando llegue a mi casa me sentí destrozada y llore hasta dormir más algo en la oscuridad abrasadora de la noche
me despertó y cuando fui al cuarto de mis padres encontré a mi madre desmayada
y a mi padre colgado muerto desde el techo; cuando mi madre reaccionó vio a mi
padre y grito como nunca. Al día siguiente le dimos una santa sepultura y
salimos de la casa a vivir donde una tía y justo cuando subimos al camión “pude
apreciar a Elizabeth claramente llorando” dijo ella y desde entonces cada tres
de mayo puedo oírla este donde este llamándome a jugar de nuevo como si
fuéramos niñas.
AUTOR: ROSA MOINA
ResponderEliminarHe disfrutado mucho con la lectura . Me ha parecido un tema muy interesante por lo que se lo recomendare a muchos amigos. Espero que esta lectura llegue a las manos de muchos lectores y
darle mi apoyo al autor para que siga publicando.
disfrute mucho de esta lectura sabe podría ponerle mas terror de esa niña llamada elizabet es que como que me corto la inspiración al saber lo que ha hecho.
ResponderEliminarla lectura esta buena me gusto la recomendare con mas lectores
disfrute mucho de esta lectura sabe podría ponerle mas terror de esa niña llamada elizabet es que como que me corto la inspiración al saber lo que ha hecho.
ResponderEliminarla lectura esta buena me gusto la recomendare con mas lectores