miércoles, 11 de mayo de 2016


Una mañana en tres de mayo quise salir como si fuese un día normal; por esas fechas mi abuela nos visitaba y me advirtió no salir sin paraguas pues la doncella “Elizabeth” me atraparía con su llanto en medio de mi paseo rutinario al parque, “usted está loca” le dije pues era un sol maravilloso el de ese día, simplemente “tú sabrás si te mojas” me dijo, aseguraba que cada tres de mayo de todos los años llovía con una fuerza extremadamente increíble   desde que había tenido conciencia, ¿por qué? pregunte, ella me contó ese mismo instante una historia que encendió mi curiosidad me contó que hace muchos años ya conoció a una doncella llamada Elizabeth una niña que apareció de la nada en un momento de soledad para ella en el campo donde vivía, quien rápidamente se convirtió en su mejor amiga no le pregunto de donde era mucho menos de donde era doncella simplemente se reunían cada tarde más o menos unas dos horas antes del atardecer, reían, cantaban, jugaban, se divertían como si hubieran sido amigas desde que nacieron; una tarde sus padres no la dejaron ir al campo pues estaban preocupados porque cada tarde se alejaba más de la casa ella, anteponiendo a la doncella antes que a las advertencias de sus padres de no salir hizo caso omiso y se escabullo de su casa, al llegar simplemente no la encontró y decidió caminar para ver si la encontraba, después del atardecer ella se había cansado de caminar tanto cuando de repente oyó una voz, era la voz de Elizabeth llamándola desde un barranco llamándola a jugar, “habría bajado sin dudar” dijo ella pero justo antes de empezar camino abajo mi padre me detuvo y me despertó de tal ocurrencia que iba a hacer mi padre me llevó en sus hombros llorando y aunque él no escucho la voz de la dulce doncella yo pude hacerlo con claridad exclamó y me decía llorando prometiste estar conmigo para siempre cuando llegue a mi casa me sentí destrozada y llore hasta dormir más algo en la oscuridad abrasadora de la noche me despertó y cuando fui al cuarto de mis padres encontré a mi madre desmayada y a mi padre colgado muerto desde el techo; cuando mi madre reaccionó vio a mi padre y grito como nunca. Al día siguiente le dimos una santa sepultura y salimos de la casa a vivir donde una tía y justo cuando subimos al camión “pude apreciar a Elizabeth claramente llorando” dijo ella y desde entonces cada tres de mayo puedo oírla este donde este llamándome a jugar de nuevo como si fuéramos niñas.   

                                          

                                     “Llora cada tres de mayo”






AUTOR: ROSA MOINA



3 comentarios:


  1. He disfrutado mucho con la lectura . Me ha parecido un tema muy interesante por lo que se lo recomendare a muchos amigos. Espero que esta lectura llegue a las manos de muchos lectores y
    darle mi apoyo al autor para que siga publicando.

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  2. disfrute mucho de esta lectura sabe podría ponerle mas terror de esa niña llamada elizabet es que como que me corto la inspiración al saber lo que ha hecho.
    la lectura esta buena me gusto la recomendare con mas lectores

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  3. disfrute mucho de esta lectura sabe podría ponerle mas terror de esa niña llamada elizabet es que como que me corto la inspiración al saber lo que ha hecho.
    la lectura esta buena me gusto la recomendare con mas lectores

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