Amor, cuando yo muera
Amor, cuando yo muera no te vistas de
viuda,
ni llores sacudiéndote como quien
estornuda,
ni sufras que al vecindario alarmen,
ni para prevenirlas compres gotas del
Carmen.
No te sientes al lado de mi cajón
mortuorio
usando a tus cuñadas
como reclinatorio;
y cuando alguien, amada, se acerque a
darte el pésame,
no te le abras de brazos en actitud de
¡bésame!
Hazte, amada, la sorda cuando algún
güelefrito dictamine,
Observándome, que he quedado igualito.
Y hazte la que no oye ni comprende ni
mira
No hay comentarios:
Publicar un comentario